El más fuerte

Desde la época de las cavernas, la humanidad se ha regido por la ley del más fuerte. 

Todos queremos ser el más fuerte,  imponer nuestro control para que no nos controlen y pensamos que el más fuerte es el que ordena, pero eso no es exactamente cierto, el más fuerte es que acaba decidiendo qué y cómo se resuelven las cosas, le pese a quién le pese.

La ley del más fuerte no la impone quién grita más o golpea mas, sino generalmente quien sabe aprovechar mejor las debilidades ajenas. 

Pero también hay quienes saben imponerse convirtiendo sus propias debilidades en fortalezas y es entonces que los débiles terminamos siendo nosotros, los que por más que pregonemos ser los fuertes, los que nos sentimos destinados a mandar y a controlar, acabamos con una rodilla en el suelo.

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